Sistema de Escritura
El sistema de escritura maya (a menudo llamada jeroglífica por un vago parecido superficial con la escritura del Antiguo Egipto, con la que no se relaciona) era una combinación de símbolos fonéticos e ideogramas, en realidad la estructura pictográfica es más parecida al chino, donde los ideogramas pueden anidarse para formar conceptos más complejos, a la vez que funcionar sólo como representaciones fonéticas.
El desciframiento de la escritura maya ha sido un largo y laborioso
proceso. Algunas partes de ésta fueron descifradas a finales del siglo XIX y a principios del siglo XX
(en su mayoría partes relacionadas con números, el calendario, y
astronomía), pero los mayores avances se hicieron en las décadas de 1960 y 1970,
y se aceleraron de allí en adelante, de manera que ahora la mayoría de
textos mayas pueden ser leídos casi completamente en sus idiomas
originales. Los misioneros españoles, en su afán por imponer y arraigar la religión cristiana entre los indígenas, para acelerar el proceso de catequización, ordenaron la quema de todos los libros mayas poco después de la conquista.
El hecho fue un gran golpe a la conservación del conocimiento de la
antigua escritura maya. Aunque muchas inscripciones en piedra aún
sobreviven (la mayoría de ciudades que ya estaban abandonadas cuando
llegaron los españoles), sólo tres libros y algunas páginas de un cuarto sobreviven de las antiguas bibliotecas. Terrones rectangulares de yeso
son un descubrimiento frecuente en la arqueología maya; parecen ser
restos de lo que una vez fueron libros, después de que todo el material orgánico se pudrió.
En referencia a los pocos escritos mayas precolombinos aún existentes, Michael D. Coe, arqueólogo de la Universidad de Yale dijo:
Nuestro conocimiento del pensamiento maya antiguo representa sólo una minúscula fracción del panorama completo, pues de los miles de libros en los que toda la extensión de sus rituales y conocimientos fueron registrados, sólo cuatro han sobrevivido hasta los tiempos modernos (como si todo lo que la posteridad supiera de nosotros estuviera basado en tres libros de oraciones y El Progreso del Peregrino).
Michael D. Coe, The Maya, Londres: Thames y Hudson, 4ª ed., 1987, p. 161.
En cuanto al estudio de la escritura maya existen dos versiones:
Por la primera versión tenemos a los epigrafistas. Entre estos comenzamos con Constantin Rafines, que en 1832 fue el primero que descifró los glifos numerales. Ya en el siglo tenemos al ruso Yuri Knórozov, quien realizó un estudio para descifrar la escritura maya
publicado en 1952, el cual fue bloqueado por varios arqueólogos. Sin
embargo sus esfuerzos son ahora reconocidos por los estudiosos de la
civilización maya. Actualmente existen cerca de 30 epigrafistas en el
mundo.
Por la segunda versión tenemos al doctor Ramón Arzápalo Marín, filólogo
y mayista (no epigrafista aunque conoce bien su lengua) quien declara
que hasta el momento ha habido varios fracasos por descifrar la
escritura maya, pues no es alfabética (como Diego de Landa propuso) ni silábica sino logoideográfica.
En este tipo de escritura se dificulta la lectura al tener, como otras
lenguas, expresiones populares y religiosas, frases idiomáticas, etc.
Los progresos de los epigrafistas hacen que se puedan leer, entre
otros documentos, las estelas y ahora han salido a la luz informaciones
reveladoras, como las fechas, los acontecimientos, los nombres y cargos
de los personajes, los lazos familiares y en ocasiones aparece la frase
“se lo comió”, haciendo referencia al canibalismo ritual. El trabajo de
los epigrafistas es muy interesante y son ellos quienes se encargan de
descifrar la escritura maya. Varias universidades preparan actualmente más generaciones de epigrafistas.
Hay que tener en cuenta la complejidad de este sistema de escritura
ya que estudios recientes demuestran que los mayas usaban en sus textos
el sistema alfabético y el sistema ideográfico incluso en la misma
palabra.
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